Cuida de tu Bubu 💖
Cada Bubu tiene su carácter. Y si lo mimas un poco, te lo devuelve con creces.
Aquí aprenderás todo lo necesario para que te dure, brille y esté siempre a punto.
Paso 1: Lávate las manos
Antes de jugar, asegúrate de tener las manos limpias. Así evitarás que el slime se ensucie o se estropee antes de tiempo.
Paso 2: Busca un lugar
Juega siempre sobre una superficie lisa y limpia. Evita alfombras, manteles o ropa donde se pueda quedar pegado.
Paso 3: Destapa tu Bubu
Ábrelo con cuidado y deja que el slime respire.Si notas que está algo pegajoso, no te preocupes: es normal al principio.
¿Se ha quedado
muy pegajoso?
Tu Bubu está demasiado blando, se engancha a los dedos o parece que se ha convertido otra vez en pegamento.
Tranquilo, no está roto. Solo necesita un poquito de ayuda para recuperar su textura inicial.
Déjalo un rato en la nevera para que baje la temperatura. Luego añade activador en pequeñas cantidades y amasa con calma. Si lo haces bien, verás como se recupera.
¿Tu Bubu está demasiado duro?
Normalmente es por haber usado demasiado spray activador. Siempre aplícalo poco a poco y amasa bien entre sprays.
Si te pasaste, déjalo reposar unos días (o semanas si hace falta) y verás cómo se ablanda solo.
También puedes añadir una gotita de glicerina o pegamento blanco y amasar hasta que vuelva a estar blandito.
¿Tu Bubu está demasiado duro?
Normalmente es por haber usado demasiado spray activador. Siempre aplícalo poco a poco y amasa bien entre sprays.
Si te pasaste, déjalo reposar unos días (o semanas si hace falta) y verás cómo se ablanda solo.
También puedes añadir una gotita de glicerina o pegamento blanco y amasar hasta que vuelva a estar blandito.
Checklist para después del uso:
- Asegúrate de cerrar bien el bote. Si entra aire, el slime se seca.
- Limpia cualquier resto de slime del borde o tapa antes de guardarlo.
- Déjalo en un lugar fresco, seco y sin sol directo.
- Lávate las manos después de jugar para evitar residuos pegajosos.
Biblioteca de Slimes
Basic Slime
Suave, brillante y muy satisfying. Es el slime clásico por excelencia: ni muy líquido ni muy denso, con un sonido increíble al hacer burbujas. Ideal si es tu primer slime.
Butter Slime
Una textura ultra cremosa que parece mantequilla. Es uno de los más fáciles de manejar: no se pega, no ensucia y se estira sin romperse. Perfecto si te gusta apretar y quieres algo fácil.
Cloud Slime
Ligero y esponjoso, se hincha como si fuese una nube al jugar con él. Ideal para hacer drizzle y disfrutar de una textura distinta. Visualmente es como el algodón de azúcar, una pasada.
Jelly Slime
Un punto intermedio entre el clear y el cloud. Tiene una textura tipo gelatina o mermelada densa, con mucha resistencia y un sonido muy limpio. Es un slime fácil y agradable.
Clear Slime
Transparente como el cristal, es visualmente espectacular. Pero ojo, es para expertos: hay que tocarlo con movimientos ágiles y suaves, como si quemara. ¿Te atreves con él?
Fluffy Slime
Extremadamente suave y aireado, parece una nube mullida. Es muy ligero y suena muy satisfying. Ideal si buscas una experiencia relajante y una textura fácil desde el inicio.
Icee Slime
Fresco y aireado, como una granizada de hielo. Tiene un tacto rugosito y un sonido diferente. Muy sensorial y relajante. TIP: si lo metes en la nevera 10 min, se vuelve aún más refrescante.
Water Slime
Muy líquido y resbaladizo, parece agua atrapada en tus manos. Si te van las texturas inestables y algo caóticas, este te encantará. Eso sí, ¡ojo! porque no es el más fácil de controlar.
